lunes, 22 de julio de 2013

BUCARAMANGA, 20 DE JULIO, ACCIÓN PÚBLICA ¡FALSA INDEPENDENCIA!



Hoy 20 de julio, día de la independencia, tradicionalmente en Bucaramanga y en todas las ciudades se realiza el desfile militar. Lo que en otras épocas habría significado una celebración de las armas con las que se selló la libertad, hoy en día son un signo de repudio e inconformismo, pues esas armas han sido utilizadas para masacrar al pueblo, matar al pobre y al campesino, proteger solo al rico y al extranjero. ¿De qué independencia hablamos?

Jóvenes y estudiantes decidimos reunirnos, conscientes de que hoy día no somos independientes, y por lo tanto celebrar el desfile del aparato militar con el que nos reprimen no es más que una cruel burla. Así es que poco a poco nos fuimos encontrando hoy 20 de julio en la mañana, en el parque de San Pío, junto a la Gorda de Botero, escultura infame que le costó a la ciudad 2.500 millones de pesos. 

Las espontáneos participantes fueron llegando, nos sentamos en círculo y empezamos a debatir sobre dependencia y soberanía. En pocos minutos llegaron motos con policías antimotines, avisados de la actividad que planeábamos realizar. Quizás ellos esperaban ver un grupo de encapuchados con piedras y cuchillos pero lo que se encontraron fue un grupo de jóvenes sentados en círculo discutiendo, dándole vida a una auténtica democracia. Pero el contenido de esa discusión era sumamente importante y fundamentaba todo nuestro proceso. Poco a poco fueron surgiendo comentarios que fundamentaban más nuestra indignación y nuestra lucha. En Colombia no tenemos independencia económica porque no producimos lo que consumimos, la ley protege a las multinacionales y quiere acabar con la pequeña y mediana empresa nacional. Tampoco tenemos independencia social, porque cuando los ciudadanos salen a marchar no encuentran más respuesta que la represión e incluso la muerte prueba de ello los campesinos del Catatumbo entre otros más.

Finalizada la discusión nos trasladamos a la carrera 27, lugar donde se realiza el desfile. Nos colamos entre la gente y disfrazamos de cultura nuestro grito de protesta. Con un cajón al hombro que simbolizaba los campesinos muertos y la independencia fallecida continuamos recorrimos de arriba a abajo la calle, encontrando en la gente expresiones de apoyo, miradas extrañas y uno que otro insulto que no falta. La alegría juvenil se introdujo por un momento dentro del desfile cantando: “menos armas! más educación!”. Al fin de cuentas: ¿no estamos en tiempos de paz? Pero rápidamente, como de costumbre, fuimos sacados por la policía; callarnos es la única alternativa que nos ofrecen. Por el otro carril contrario, como representando las dos caras de la moneda que vive a diario el país, avanzamos con nuestra buena energía de Paz. Ya en el parque de los niños nos reunimos nuevamente; ya habían quedado atrás los pasos y los boletines elaborados para la ocasión: “Un país In The Pendiente”; gritamos nuestra arengas llenos de euforia por la tarea realizada conscientes de que alguno de nuestros gritos llegaron a los oídos y el corazón de nuestra gente. Atrás quedaron los pasos, por delante queda todo un presente por realizar para esta juventud sin futuro en un país decadente pero lleno de esperanza y berraquera.



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