1.
Porque el programa de
Bogotá Humana le quitó el monopolio de las basuras a un grupo de 4 empresarios
y lo abrió a más de 7000 personas humildes de la población recicladora de la
ciudad, poniendo al centro el reciclaje como cultura ambiental, rebajando las
tarifas de aseo y dando cumplimiento a una sentencia de la Corte Constitucional
que ordenaba un nuevo modelo de basuras. Lo contrario a los amañados negocios que se
imponen en el modelo de basuras de Bucaramanga.
2.
Porque la Alcaldía de
Bogotá es una de las pocas administraciones locales que ha luchado contra la
minería destructiva en el territorio. A través de decretos, el diseño del Plan de
Ordenamiento Territorial y demandas a decretos inconstitucionales del gobierno
nacional, Bogotá Humana ha demostrado un compromiso con el agua, los páramos,
el territorio para que la gente viva bien y la madre tierra, antes que
explotaciones mineras que perjudican la producción alimentaria, la salud y los
recursos naturales. Los derechos de la madre tierra también se ven puestos en
práctica en la negativa a las salvajes corridas de toros y la protección de los
caballos que tiraban carretas por la ciudad, hoy en día la plaza de toros es un
centro cultural, artístico y educativo abierto a la gente.
3.
Para que en Colombia
no sea delito humanizar la ciudad. Mientras muchos grupos políticos sólo se han
dedicado a robarse los dineros públicos de nuestros impuestos, a hacer negocios
con los proyectos de desarrollo de la ciudad, y la corrupción campea por todas
partes, nunca los entes de control han actuado para sancionar a esos ladrones
de cuello blanco. La propuesta de Bogotá Humana ha mostrado avances en la
transformación de la ciudad con un sentido social y humanitario: el suministro
de un mínimo vital gratuito de 6 metros cúbicos de agua para las familias de
estrato 1 y 2, la eliminación de acuerdo a la ley de las batidas de
reclutamiento ilegal para la guerra en la ciudad, la vigilancia sobre la
actuación de las EPS, la tarifa diferencial en el transporte público... Nos
quieren quitar a los colombianos un ejemplo de buen gobierno para la ciudad,
gobierno que sí tenga en cuenta a los más humildes.
4.
Porque la
administración de Bogotá representa la lucha contra las mafias que se han
apoderado de lo público y oprimen a los jóvenes. El tratamiento al
problema de la drogadicción es ejemplo premiado a nivel internacional y ha sido
reconocido por la presidencia de la república, logrando demostrar que sí es
posible un camino distinto a la represión para dar un tratamiento social,
comunitario y humanizante al problema del consumo y tráfico de drogas. La
destitución de Petro le hace un favor a las mafias narcotraficantes que se
alimentan de la violencia, represión y caos en los barrios populares.
5.
Porque está en
peligro la participación política de los colombianos y colombianas. Si el Procurador
Ordoñez impone su decisión está cerrando derecho de sectores políticos no
tradicionales y de la ciudadanía en general a participar activamente en
política. La base de una democracia es que no están cerradas las puertas para
que cualquier persona pueda ser desde concejal de su municipio hasta presidente
de la nación, la destitución de Petro es marchitar lo poco de democracia que
queda en Colombia. Constitucional y legalmente el procurador no puede quitarle
el derecho humano a elegir y ser elegido a Petro y a los bogotanos.
6.
Porque rechazar la
destitución de Petro es apoyar la Paz, permitir su destitución es caer en la
trampa del guerrerismo. Porque con la entrega de armas del M19, la nación pactó
un compromiso de construir una verdadera democracia, ese pacto se plasmó en la
constitución política de 1991. Con la decisión del Procurador Ordoñez se
violenta esa constitución y se siembra desconfianza en la participación
política. No es posible que mientras el país busca la paz, un grupo sectario y
enceguecido en sus ideologías fascistas saboteen la posibilidad de convocar
nuevamente a todos los colombianos a tratar el conflicto social y armado por la
vía del diálogo.
7.
Porque aunque no
estemos de acuerdo en las políticas o propuestas de otros sectores, no es
posible que se recurra al asesinato político (destituir y sancionar por 15
años) para sacar de la competencia a los que no piensan como las élites. El poder político no
puede ser privilegio exclusivo de la oligarquía blanca de sangre azul de Bogotá
y sus siervos, la diversidad de afros, campesinos, los humildes de las
ciudades, las mujeres, los homosexuales, los jóvenes, todas y todos tenemos
derecho a expresarnos y gobernar este país.
8.
Porque no podemos
permitir las mentiras y manipulación que desde algunos medios de comunicación y
grupos de empresarios mafiosos se han utilizado para destruir los buenos
gobiernos.
El monopolio de las basuras en Bogotá estaba conformado por William Vélez,
contratista cercano a Álvaro Uribe, investigado por paramilitarismo y socio de
los Nule, Alberto Ríos del partido Cambio Radical y el uribismo denominado el
Zar de las basuras ligado a “La Gata” en Magangué y otros personajes del cartel
de la contratación. Todas estas personas ordenaron a sus camiones que dejaran
de recoger las basuras para “reventar” al alcalde. Está probado el complot de
las basuras que fabricaron para destituir a Petro.
9.
Para que la política
deje de ser la profesión de los corruptos, mentirosos y manipuladores. Defender la
alcaldía democrática de Bogotá es permitir que un nuevo tipo de política avance
en Colombia, una política que permita la participación activa del ciudadano, el
empoderamiento de las mayorías no organizadas y la superación de esas
distancias odiosas que han tendido entre la gente y las decisiones públicas.
10.
Porque Colombia no
puede seguir cerrando la puerta a gobiernos democráticos y decentes, si dejamos
que pase la destitución e inhabilidad contra Gustavo Petro estaremos
permitiendo un ciclo de impunidad en donde todo aquel liderazgo que quiera
administrar lo público sin corrupción ni mafia será condenado a la sanción,
destitución y muerte.
Este es el momento para decir basta ya,
no pasarán, estamos cansados de que
sigan haciendo lo que quieran con nuestro país sin que tengamos derecho a
expresar nada; este es el momento para que los no organizados, la ciudadanía,
los movimientos y sectores democráticos y de izquierda tejamos una confluencia de esfuerzos para que no
sigan castrando la esperanza de una Colombia auténticamente social, de derecho
y soberanía popular.
Y usted, ¿qué razones
tiene para jugársela por la Democracia y la Paz?