lunes, 8 de julio de 2013

LA SALUD, ¿PARA QUÉ?.




La salud de los colombianos lleva varios años en crisis; muchos han sido los escándalos pero la situación parece no tocar fondo. De acuerdo a las investigaciones el desfalco en los dineros de la salud pasaría de los 4.5 Billones de pesos (http://www.elespectador.com/impreso/salud/articulo-268521-asi-fue-el-desfalco-salud). Como siempre en este modelo, los dineros públicos terminan pagando los costos, y la comunidad, sufriendo las consecuencias. En un contexto así el gobierno nacional le apuesta por Reforma el Sistema de Salud, propuesta que ha sido bastante cuestionada, según los analistas esta propuesta cambia para que todo siga igual.

El pasado 19 de Junio fue aprobada la Ley Estatutaria de Salud, su aprovación pasando de agache sin que casi nadie dijera nada. La propuesta, presentada y empujada por el Congresista Santandereano Holguer Diaz, de quien se conoce por el trabajo investigativo de algunos periodistas, tiene marcados intereses en el negocio de la salud y ha mostrado un proceder non sancto. (Vease: http://www.semana.com/opinion/articulo/salud-dinero-amor/338081-3).

Precisamente ese rumbo tomaría la salud, un negocio cada vez más jugoso monopolizado por un grupo no mayor a 7 EPS, ahora llamadas Gestoras. Los dineros de los colombianos han sido puestos a dispocisión de las EPS y otras entidades vinculadas al sistema de salud; y no es pocos el dineros, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2009 Colombia gastó 32 billones de pesos en Salud. No es que no se invierta en la salud sino que todo pareciera estar hecho para que el desfalco fuera posible.

Ahora viene la Ley Ordinaria que reeditaría la nefasta Ley 100, impulsada por el entonces Senador Álvaro Uribe Velez. El artículo 4 del proyecto plantea que el fondo Salud Mía (antes Fosyga) entregará los dineros a las gestoras, los cuales a partir de ese momento dejarán de tener la categoría de Dineros Públicos, serán Dineros Privados. Esto quiere decir que ni la Contraloría ni la Superintendencia ni ningún otro ente de control podrá vigilar lo que hagan las Gestoras (antiguas EPS). Peor aún; nadie, ni el gobierno, ni el congreso, ha dicho nada sobre lo que va a pasar con el dinero que le adeudan las EPS y otros privados al Sistema de Salud: ¿se va a perder ese dinero, les van a perdonar las deudas? ¿No sucede allí un “detrimento patrimonial” contra lo público? O, ¿será que ahora van a pagar con los nuevos dineros que les lleguen y para eso necesitan quedar por fuera del olfato de las entidades de control? Preguntamos: ¿si hubo desfalco en el pasado cuando los dineros manejados por las EPS tenían caracter público, ahora cómo será?

El asunto de la Salud queda claramente reflejado en las regiones del país. En Bucaramanga, por ejemplo, los líderes comunales se han cansado de rogar que se brinde una atención medianamente decente en los centros de salud. Para diversos sectores de la región sigue siendo de gran preocupación el futuro del Hospital Universitario de Santander (HUS), otrora Gonzalez Valencia. No hay una conciencia pública de la importancia que tiene para toda la región contar con un Hospital Universitario y que al mismo tiempo esté vinculado a la Universidad Pública. Es invaluable la atención que brinda este centro a la población de toda la región, incluyendo el Magdalena Medio, Santanderes, Arauca y Cesar; es el único Hospital Público de alta complejidad en todo el Nor-Oriente. Muchos profesionales prefieren trabajar en el HUS, así la paga no sea la mejor, pues allí conservan todavía libertad para dirigir los tratamientos. El HUS es el único lugar en muchos departamentos en donde así uno no tenga seguro ni nada lo atienden.

Hoy la situación del Hospital es de riesgo, para 2016 se tiene que acreditar como Hospital Universtario, pero no están claros los avances en ese proceso. Su situación financiera tampoco es clara a futuro, pues no se le exige a las EPS la cancelación de importantes deudas que siguen creciendo con el Hospital. Si se quita al Hospital su condición de Universitario quedaría vulnerable financieramente y puede terminar a merced de los privados, como ocurrió con la Clínica Comuneros que fue vendida por pedazos para que pudiera andar a medias. Por eso, para el 24 de julio el Consejo Estudiantil de Facultad de Salud de la UIS realizará un Foro sobre el Hospital, se espera la participación del ministro de Salud y se espera la asistencia de un delegado del ministerio de Educación, así como también de la dirección de la UIS y los responsables de los convenios docente-asistenciales.

Frente a la situación de la salud, es creciente el aumento de los intereses que se tejen en torno de su funcionamiento y la vulnerabilidad de los derechos fundamentales de los colombianos; esta crisis ameritan de parte de la ciudadanía empoderarse del debate, y además asuma la defensa de un bien público como es el Hospital Universitario de Santander. Pero más allá todavía; la academia, las sociedades científicas, organizaciones de trabajadores, estudiantes, pacientes y comunidad en general, tenemos por delante el reto de construir un modelo de salud a la altura de la realidad colombiana. Una premisa fundamental es pasar de la atención en la enfermedad a la prevención e intervención en la comunidad como guía del sistema de salud. Esta premisa ha sido la garantía de modelos exitosos como el Canadiense y Cubano. La atención primaria en salud es ir a la casa de la gente y hacer seguimiento con la comunidad, es decir, intervenir en la comunidad para detener a tiempo y en las causas a las enfermedades que son evitables y hoy afectan mucho más a las clases bajas por el marginamiento y la pobreza.

Finalmente extendemos a todos una cordial invitación a acompañar y participar el LUNES 8 DE JULIO AL FORO “¿CUÁL ES LA VERDAD SOBRE LA REFORMA A LA SALUD?” organizado por la Cátedra de Pensamiento Colombiano en el Hotel Dann Carlton de Bucaramanga. Asisten, Alejandro Gaviria Uribe, Ministro de Salud; Jorge Enrique Robledo, senador de la República; Mario Hernández Álvarez, médico, historiador y profesor de la Universidad Nacional; Jaime Calderón Herrera, médico cirujano cardiovascular; y Germán Fernández, vicepresidente de la Federación Médica Colombiana. 



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